Antes del lanzamiento del Movimiento SUN, se había observado un creciente reconocimiento global de los problemas de desnutrición, y una preocupación de que el sistema internacional no estuviese abordando estos problemas de manera efectiva. La serie 2008 de la revista The Lancet sobre Nutrición Materno Infantil destacó la evidencia de los altos costos personales y económicos del retraso en el crecimiento y criticó el fracaso de una estructura internacional «fragmentada y disfuncional» en el abordaje de estos problemas.
Varios organismos y grupos de trabajo colaboraron en las propuestas iniciales de lo que eventualmente se convirtió en el Movimiento SUN con un «Marco para la Acción» y una «Hoja de Ruta», ambos publicados en el 2010. Estos documentos destacaron la necesidad de abordar el retraso en el crecimiento, concentrarse especialmente en la ventana de oportunidad de 1000 días, desde la concepción hasta el segundo año de vida del niño, y adoptar estrategias sensibles a la nutrición para tratar las causas subyacentes de la malnutrición, así como también intervenciones específicas a la nutrición para abordar sus manifestaciones directas. Propusieron que la sociedad civil, los donantes, los organismos de las Naciones Unidas y el sector privado colaborasen para apoyar las estrategias multisectoriales lideradas por los países para combatir la desnutrición. Debía ser una asociación informal y su función sería impulsar el apoyo a los países preparados para el «fomento de la nutrición».